El recuerdo de la épica remontada del Chelsea ante el PSG en la Champions League 2014 resurge hoy, cuando ambos clubes se enfrentan por el título del renovado Mundial de Clubes en Estados Unidos.
El fútbol, más que un deporte, es una colección de recuerdos grabados a fuego en la memoria de los aficionados. Y aunque pasen los años, hay noches que no se olvidan. Este domingo, Chelsea y París Saint-Germain se ven las caras en la final del nuevo Mundial de Clubes, celebrado por primera vez en formato ampliado en Estados Unidos. Pero más allá del trofeo internacional en juego, el partido es un reencuentro con el pasado: el recuerdo imborrable de una de las remontadas más emocionantes de la Champions League.
Chelsea vs PSG en el Mundial de Clubes: El reencuentro de una rivalidad histórica
Abril de 2014. Cuartos de final de la UEFA Champions League. El PSG, con un ambicioso proyecto deportivo impulsado por capital qatarí, recibía al Chelsea de José Mourinho en el Parque de los Príncipes. El conjunto francés se impuso 3-1 en la ida con goles de Ezequiel Lavezzi, Javier Pastore y un tanto en propia puerta de David Luiz. Solo un penalti de Eden Hazard mantuvo con vida a los ingleses.
Con ese resultado, el Chelsea necesitaba ganar 2-0 en Stamford Bridge para avanzar, gracias a la entonces vigente regla del valor doble de los goles fuera de casa. Una misión complicada, pero no imposible para un equipo dirigido por Mourinho, maestro en este tipo de escenarios.
La noche mágica de Stamford Bridge
El 8 de abril de 2014, Stamford Bridge vivió una de sus noches más mágicas. Desde el inicio, el equipo londinense impuso un ritmo alto, buscando con insistencia el gol. El primer tanto llegó al minuto 32, obra del alemán André Schürrle, quien había entrado temprano por el lesionado Hazard. El 1-0 encendió al público, que no dejó de empujar al equipo.
La segunda parte fue un monólogo del Chelsea, que estrelló dos balones en el larguero y asedió el área parisina sin descanso. El PSG resistía, hasta que en el minuto 87, tras una serie de rebotes, Demba Ba apareció para empujar el balón al fondo de la red. Era el 2-0. Stamford Bridge estalló. Mourinho celebró corriendo por la banda en una imagen que dio la vuelta al mundo. El Chelsea estaba en semifinales.
Aunque el sueño europeo terminaría semanas después ante el Atlético de Madrid, aquella noche quedó grabada como una de las gestas más emocionantes del club inglés en la era moderna.
Un duelo que se repitió con sed de venganza
El destino, caprichoso como suele ser en el fútbol, quiso que Chelsea y PSG se volvieran a encontrar apenas un año después, en los octavos de final de la Champions League 2015. Esta vez, la historia fue distinta.
Tras empatar 1-1 en París, el choque de vuelta en Londres estuvo cargado de tensión. El PSG jugó con uno menos desde el minuto 30 por la expulsión de Zlatan Ibrahimovic, pero resistió. El Chelsea se adelantó con un gol de Gary Cahill, pero David Luiz forzó la prórroga con un cabezazo imparable. En el tiempo extra, Eden Hazard volvió a marcar, pero el PSG selló su revancha con un gol de Thiago Silva que clasificó a los parisinos por el valor de los goles fuera de casa.
Fue un capítulo más en una rivalidad que había cobrado vida propia, marcada por la emoción, la intensidad y un equilibrio que mantenía el suspense hasta el último minuto.
Final en el nuevo Mundial de Clubes: otra historia por escribir
Diez años más tarde, el destino los cruza de nuevo. Esta vez en un contexto totalmente distinto: la gran final del nuevo Mundial de Clubes, reformulado por la FIFA y disputado por primera vez en territorio estadounidense.
El Chelsea, actual campeón de la Champions League 2023, y el PSG, ganador de la Liga de Campeones 2024, llegan a este encuentro como dos potencias del fútbol europeo en busca de hacer historia levantando el primer gran trofeo de este formato.
Mucho ha cambiado desde aquellos duelos: los entrenadores, los jugadores, los esquemas tácticos. Pero algo se mantiene intacto: la rivalidad latente entre dos equipos que ya se han medido en escenarios donde la gloria y el fracaso se separan por centímetros.
La importancia del título y lo que representa
Para el Chelsea, conquistar este Mundial de Clubes significaría reafirmar su lugar en la élite global. Para el PSG, sería la confirmación de que el proyecto liderado por el capital qatarí ha alcanzado la cima.
Pero más allá del trofeo, este partido despierta emociones del pasado. Porque cuando el balón empiece a rodar, tanto aficionados como protagonistas sabrán que hay algo más en juego: el honor, la historia y el deseo de revancha o reafirmación.
El Chelsea vs PSG de este domingo no es una simple final internacional. Es el choque entre dos gigantes con cuentas pendientes. Es una continuación de una historia escrita con goles, lágrimas y celebraciones. Una nueva página de un libro que aún no ha terminado.